Pero aquello nunca terminó. Continuó por años y años. Era ya una costumbre incorporada a las pocas libertades que la juventud-etapa gloriosa de nuestra vida-que hasta que yo Salí de Cuba.    Ah, Guantánamo, cuantos recuerdos donde con muy poco que nos daba el comunismo, éramos felices, donde cabía.
 
 
          
      
 
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
No comments:
Post a Comment